Ese niño interior de que tanto se habla, y que es tan importante en nuestra vida, es nuestra mente subconsciente. Es esa parte donde se almacena todas nuestras memorias y emociones. Es el banco de datos , esa parte de ti que sufre, donde viven los miedos, pensamientos, experiencias del pasado.
El niño interior es el responsable de todo lo que manifestamos en nuestro presente. Trabajar en el niño interior es el camino correcto hacia el éxito, con el menor número de obstáculo.
Se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia. Dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interiorizamos, el niño interior puede ser una “personita” alegre, optimista y sensible o por el contrario, alguien temeroso de la vida, enfurruñado e irascible.
Con el paso del tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser pero sale a la luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos enfrentar un proyecto que demanda mucha imaginación o cuando revivimos un miedo que, como adultos, no debería atemorizarnos. La mayoría de las personas no se percatan de la existencia de este niño interior, pero lo cierto es que en ocasiones es él quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias.
Como sanar al niño interior
Sanar al niño interior es un camino de autodescubrimiento porque deberás regresar en el tiempo para descubrir cuáles han sido esos eventos negativos que aún no has podido superar desde el punto de vista emocional y que te mantienen atado/a al pasado. Cuando liberamos el dolor le ayudamos a nuestro niño interior a sanar y podemos mirar al futuro.
Existen muchas herramientas para sanar al niño herido, como el Hoponopono, péndulo hebreo, técnicas de psicomagia entre otras.
Abrazar a tu niño/a interior, es un viaje apasionante y ese reencuentro marcara un antes y un después en tu vida. ¡Abraza a tu niño interior!.
Heridas mas comunes de tu niño interior que se reflejan en tu adultez
- Herida del abandono: Se genera por una infancia básicamente por la falta de atención, cuidados y protección.
Reacción ante el adulto: Hago lo posible para retener a las personas para que no se vayan de mi lado creando dependencia emocional.
- Herida del rechazo: Una niñez donde se recibe maltratos, bullying o descuido por parte de sus padres, cuidadores o su familia mas cercana. Ya sea de manera consciente o inconsciente.
Reacción ante el adulto: Atraigo problemas para llamar la atención de los demás.
- Herida de la humillación: Sus padres lo ridiculizaron o criticaron de niño frente a los demás.
Reacción ante el adulto: Anulo mis necesidades y me ocupo mas de los demás que de mí.
- Herida de la traición: Cuando sus padres le hicieron promesas no las cumplieron o se sintieron desprotegidos.
Reacción ante el adulto: Tengo el control por temor a que me mientan.
- Herida de la injusticia: Padres demasiados distantes, autoritarios y exigentes.
Reacción ante el adulto: Escondo mis sentimientos. Y tengo el concepto que el aprecio de los demás hacia mi es por lo que Hago y no por lo que Soy.
Sabiendo estas heridas háblale a tu niño interior , dale atención y el amor que necesite. Ayúdale a sanar para que no tenga influencia en tu mundo exterior. Hazle saber que no esta solo, que ahora te tiene a ti, que lo entiende y que no estará solo, que le darás todas esas atenciones que no tuvo. Aunque te parezca loco hablarle, te ayudara mucho a vivir una vida más plena, ayudándote a borrar esas memorias de dolor y que desde el adulto la puedes ver de otra perspectiva.
Si deseas trabajar tu niño interior y deseas una guía, ponte en contacto conmigo.
Un fuerte abrazo de luz y amor
Ada